lunes, 13 de abril de 2009
UN VIERNES SANTO DE AGUA, VIENTO Y GRANIZO
JUEVES SANTO DE ESPERANZA Y AMOR FRATERNO
Tras su Misa de Comunión General, la Archicofradía de la Columna realizó en la tarde-noche del Jueves Santo su estación de penitencia, con la luna llena de Nissan como testigo de excepción. Un desfile en el que destacó sobremanera el precioso palio de María Santísima de la Esperanza, que estrenaba el bordado de las bambalinas laterales y la gloria del techo.
miércoles, 8 de abril de 2009
20 MIÉRCOLES SANTOS A TU LADO
Parece que fue ayer cuando, pocos minutos antes de tu primera salida procesional, me subí a tu humilde trono y encendí las velas que iluminarían tu precioso rostro. Para mí fue todo un honor que recordaré hasta que me lleves a tu lado.
Era un 22 de marzo de 1989, Miércoles Santo, aunque los caprichos del destino quisieron que las puertas de San Juan de Dios se abrieran a las doce de la noche, por lo que tus primeros pasos en la Semana Santa de Priego fueron un Jueves Santo.
¡Cuántos recuerdos de aquellos hermanos que, un año antes y cargados de ilusión, decidieron crear la cofradía!.
Más de una lágrima recorrió las mejillas de los que aguardábamos a que llegara el mágico momento en el que, el Hermano Mayor llamara a la puerta para que diera comienzo nuestra primera estación de penitencia.
Sólo 20 penitentes y dos mantillas te acompañaron a aquella ocasión; cuatro bombos marcaron el paso de los costaleros que te pasearon, con todo el amor del mundo, por las calles de Priego; y todo un pueblo te acogió como su Reina desde aquella noche.
Han pasado 20 años y, en cada uno de ellos, he esperando con gran anhelo este día, en el que tú, Reina de San Juan de Dios, eres la gran protagonista de nuestra Semana Santa junto con tu amado Preso.
martes, 7 de abril de 2009
LA CARIDAD BRILLA CON LUZ PROPIA EN EL MARTES SANTO PRIEGUENSE
La portada plateresca de la parroquia de la Asunción, hizo las veces de arco de triunfo por cuyo vano central María Stma. de los Desamparados y el Stmo. Cristo de la Expiración, acompañados por varios centenares de penitentes, iniciaron su estación de penitencia en la tarde-noche del Martes Santo prieguense.
Junto a las novedades que presentaba el cortejo, entre ellas las dalmáticas y los incensarios del grupo de acólitos del paso de palio, por tercer año consecutivo, el Stmo. Cristo de la Expiración estuvo acompañado, a sus pies, por la Virgen de los Dolores, conformando un precioso y original calvario, sobre un monte de claveles rojos.
Por su parte, María Stma. de los Desamparados, que estrenaba rosario de plata y nácar, brilló una vez más con luz propia en su artístico palio, que lucía su característico exorno floral en el que predominaban las rosas de idéntica tonalidad.
Pese a las amenazantes nubes que generaron cierto nerviosismo momentos antes de la salida, el desfile se desarrolló con total normalidad, siendo muy seguido durante todo su itinerario por numerosos prieguenses y visitantes.
LOS DOLORES, UN ESTILO PROPIO PARA LA NOCHE DEL LUNES SANTO
Aunque el fuerte aguacero que descargó a media tarde hizo temer lo peor, a las nueve de la noche los primeros integrantes que conformaban el cortejo comenzaron a bajar las verdillas, mientras en la explanada que precede a la ermita el numeroso público congregado esperaba expectante la salida de María Santísima de los Dolores y del Cristo de la Buena Muerte, que estuvieron acompañados una vez más por cientos de penitentes hasta la parroquia de la Asunción, templo desde el que retornarán a su ermita en la madrugada del Viernes Santo.
La Virgen, que lucía su manto de terciopelo negro de Lyon y un precioso exorno floral en tonalidades blancas a base de rosas, contó con el acompañamiento musical de la Banda de la Escuela Municipal de Música de Priego, mientras que el Cristo de la Buena Muerte volvió a cautivar con su belleza e impresionante dramatismo.
En el amplio cortejo y como novedad, destacaba el bordado de las bocinas que acompañaban al pendón de la cofradía, que desde la profunda revitalización que experimentó a finales de la década de los años sesenta del pasado siglo, sigue marcando una pauta y un estilo propio en la Semana Santa de Priego.