martes, 20 de mayo de 2008

FIESTAS NAZARENAS DE MAYO




Este atípico mes de Mayo llega a su fin, entre días fríos, nubes y algún que otro chaparrón que ha obligado a suspender los desfiles de Buen Suceso y Soledad, desluciendo en cierta medida sus fiestas, que curiosamente surgieron para eso, para pedir la lluvia.

Y con agua amaneció ayer el día, primero de las Fiestas Nazarenas, en el que tuvimos la ocasión de asistir al pregón que pronunció Antonio Matilla Madrid, ex-hermano mayor de la congregación del Viernes Santo. Acostumbrado como estaba a los oradores que precedieron a Don Antonio, a saber Rafael Requerey, Miguel Forcada, Juan de Dios Aguilera, Paco Tejero, Carlos Samaniego y José Rafael Martínez, el de ayer me pareció un pregón corto, excesivamente breve y estructurado de una manera no muy habitual.

Tengo que reconocer que soy acérrimo partidario de aquella máxima que defiende la calidad sobre la cantidad, pero ayer me resultó ciertamente extraño que a los diecinueve minutos de subir al atril, tiempo en el que se incluye los aproximadamente cinco minutos de la pieza musical que interpretaron Rut y Rafa, D. Antonio dijera aquello de "¡¡Viva Nuestro Padre Jesús Nazareno!!", exclamación que supone el final del pregón en estas fiestas.

Cuando tenga la ocasión de leerlo, porque el sonido tampoco fue el deseado, seguramente tenga argumentos para otra valoración, pero hoy, menos de 24 horas después, ya digo que me pareció un tanto extraño y sobre todo breve, si me permiten, excesivamente breve

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