martes, 23 de diciembre de 2008

EL PROFESOR LÓPEZ-MUÑOZ ATRIBUYE LA REALIZACIÓN DE MARÍA STMA. DE LA ESPERANZA AL IMAGINERO GRANADINO TORCUATO RUIZ DEL PERAL



La iglesia de Nuestra Señora de la Aurora acogía el pasado sábado, dentro de los actos organizados por la Archicofradía de la columna en honor a María Santísima de la Esperanza, una de las conferencias más interesantes que, relacionada con la imaginería procesional, se ha ofrecido en nuestra localidad en los últimos años.


Bajo el título genérico ‘Torcuato Ruiz del Peral en la escultura tardo-barroca del siglo XVIII. La imagen de María Santísima de la Esperanza de Priego de Córdoba’, el Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada, Ignacio Nicolás López-Muñoz Martínez, realizó un intenso y pormenorizado recorrido por la obra de este imaginero (Exfiliana (Guadiz) 1708-Granada 1773), un tanto olvidado y ensombrecido por otros grandes maestros coetáneos, pero que gracias a los últimos estudios e investigaciones realizadas sobre su obra, está reivindicándose como uno de los grandes maestros de la escuela granadina del siglo XVIII.


Presentado por la Doctora en Humanidades Candelaria Alférez Molina, López-Muñoz puso de manifiesto durante su ponencia las influencias que Ruiz del Peral recibió de los Mora, de los que reinterpretó su estilo, subrayando el peculiar tratamiento de los temas de la Pasión y el dramatismo y grandilocuencia de su obra, en la que los valores cromáticos están al servicio del drama, siendo precisamente el tratamiento de la policromía una de las principales aportaciones de Ruiz del Peral a la historia del Arte según apuntó López-Muñoz.


Mediante un análisis de su obra, de la que en la mayoría de los casos se carece de refrendo documental, el ponente esbozó algunos de los rasgos más característicos de la creación de Ruiz del Peral, entre ellos las manos en posición orante; los perfiles abiertos en paños, siguiendo el modelo de Duque Cornejo, de aspecto pesado, monumental y ampuloso, dando en muchos casos una apariencia tosca a la escultura; el tratamiento realista de los rostros, la mayoría de ellos en actitud taciturna y dramática, de rasgos muy marcados (contrición de cejas, nariz recta, hoyuelo en la barbilla, mentón pronunciado, boca pequeña); la utilización de la madera como material de la gran mayoría de sus obras así como la utilización del cromatismo para convertir la melancolía de los Mora en dramatismo.


Unos rasgos, muy definidos en la mayoría de las obras de Torcuato Ruiz del Peral, que según apuntó Ignacio Nicolás López-Muñoz, sirven para atribuir a la efigie de María Santísima de la Esperanza, cotitular de la Archicofradía de la Columna, “como una obra indiscutible del maestro granadino”, coetánea a Santa María de la Alhambra, fechada en torno a 1740 y considerada como la principal obra del maestro granadino, que en esa fecha se encontraba en su madurez artística.

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