





Imaginación a raudales, muchos detalles (algunos obras de arte como la Oración en el Huerto con la que nos sorprendió la Hdad. de Belén), multitud de bandas y tambores, decoraciones de lo más variopinta, pero sobre todo, yo me quedo con la carita de ilusión de los participantes, esos que dentro de nada serán protagonistas de nuestra Semana Santa y sobre cuyas espaldas descansará la responsabilidad de mantener una tradición tan nuestra.
Enhorabuena a La Pollinica por recuperar hace ya unos años esta iniciativa, y enhorabuena a las hermandades y cofradías prieguenses que siguen creyendo, a pie juntillas, en aquella máxima que decía lo de "...en la juventud está nuestro futuro".
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